Mareado en el bus (moderación salarial)
Ahora que las cadenas de supermercados y grandes centros comerciales han acabado con el pequeño comercio, apenas quedan negocios que montar. El que no quiere o puede trabajar por cuenta ajena y decide instalarse por sus medios, lo tiene bastante crudo.
Hay negocios que dependen de la temporada, es una moda. Un día aparecen las calles, como por arte de magia, llenos de panaderías, rebautizadas como "boutiques del pan". Luego desaparece la mayoría y nos vemos llenos de videoclubs. Tras la siguiente purga, proliferan las tiendas de "Todo a 100". Luego los cibercafés, ahora tiendas de móviles. Y así hasta el próximo.
Pero lo que hay siempre, en todas las calles, en batería, es una buena cantidad de bares, restaurantes, mesones. Y tiendas de "prensa/revistas". Parece el recurso fácil. ¿No sabes que poner? Pues o un bar, o una tienda de chuches.
Hoy, en el autobús, haciendo balance, he descubierto otro negocio que abunda. Las peluquerías. Hay cientos de ellas. Perdí la cuenta cuando dejé de mirar a la calle, estaba pillando un mareo considerable.
Y todo porque se acerca enero y tendré una nueva charla con mi jefe, le reivindicaré mi subida de categoría y nuevamente me comentará que no es culpa suya, y que tengo razón, y que el año que viene seguro que sí, y mierda... las ganas de decirle que entonces me voy.
Pero no soy peluquero, no me gustan las chuches, no sé a que me podría dedicar si no fuese a esto de la informática. ¿Alguien necesita a un analista que le gusta escribir pequeñas historias?