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miguel, 10 de octubre de 2002, 13:24:47 CEST
Anónimo
Días atrás andaba La gruta de las palabras preocupada por el anonimato de su blog. Creía que le espiaban, que le obligarían a cerrar el sitio. Cuando empecé con mi blog, se lo dije a todos mis amigos, pero solo algunos entraron, y solo una vez. Lo cual me alegró porque así -pensé- podré expresarme con mayor libertad.
Pero ahora ya he cambiado de opinión. Ahora me da igual. Si alguien sigue mis pasos, será porque compartimos algo común. Puedo decir lo que quiera. Y sobre lo que yo digo puede opinar cualquiera, un hotelero, una estudiante recién diplomada, un periodista, un músico, incluso alguien que me conozca personalmente. Entre todos conformamos un interesante (o al menos entretenido) "capital intelectual".
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