|
_______________________________________________________________________________________
miguel, 19 de septiembre de 2002, 21:20:33 CEST
Terapia, Elisa Wald
- Siento mucho haber tardado tanto en llamarla, pero sólo regresé a Nueva York hoy por la tarde. ¿Tiene usted unos minutos para aclarar algunos detalles?
Tenía una hora libre antes de mi siguiente sesión.
- Sí, está bien.
- En el mensaje decía que ya no se sentía a gusto con su trabajo. ¿Podría hablarme un poco más de esto, para poder hacerme una idea?
- Sí, claro -dije. Pero vacilé; dudosa de las palabras que quería emplear-. Yo... bueno, de hecho trabajo en mi propia casa. Soy dominatriz. ¿Sabe qué significa eso?
- Creo que tengo cierta idea -dijo-. Pero sería mejor que me lo explicara con sus propias palabras.
- Bueno, en términos generales -dije-, me pagan, usualmente se trata de hombres, para que los domine y los discipline.
- Ya veo -una pausa durante la cual me pareció escuchar que escribía-. ¿Y desde cuánto tiempo está usted en este campo?
- Creo que unos tres años, o un poco más.
- ¿Y cuándo ocurrió, por así decirlo, el giro negativo?
- Es difícil decirlo con precisión. Yo diría que en el transcurso de los últimos dos o tres meses.
- ¿Ha cambiado algo en la naturaleza de su trabajo, o sólo su disposición hacia él?
- Soy yo. Todo lo demás sigue igual que siempre.
Otra pausa, crujido de papeles. Después:
- Supongo que usted misma decide su horario.
- Correcto.
- ¿Le sería posible venir a mi oficina mañana a las siete de la tarde?
Hojeé la agenta:
- Por el momento estoy libre.
- Hay una tarifa de ciento treinta dólares para la primera consulta y evaluación. ¿Puede permitírselo?
- Sí, sí puedo -sentí un asomo de vanidad al recordar que mi tarifa por hora era más alta que la de un médico.
- Bien. Entonces espero verla mañana.
Extracto del relato Terapia, de Elisa Wald. Publicado en el libro "Habrá una vez - Antología de cuento joven norteamericano".
|
|