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esperanza, 20 de febrero de 2004, 11:55:31 CET

La moneda Por Esperanza

En el bolsillo tintinean las llaves cada vez que da al botón de “doble o nada”. Pero no las oye, la música de la máquina las acalla. El camarero se acerca. -María, ¿quieres un té? Hoy hace frío. Ella levanta la mano mostrando su única moneda. María mira la mesa. Mira la moneda. Mira la lluvia. Mira la máquina. -No, Luis. Tal vez mañana –ni siquiera se vuelve. Las luces se detienen mostrando tres dibujos diferentes. -Vamos, María, que se ha ido la luz. Hoy invita la casa –dice Luis con el cable aún sujeto entre los dedos.

Marlango Por Miguel

Me vuelvo a casa con los bolsillos llenos de monedas. Me ha dado vergüenza decirle al camarero que me las cambiara en billetes. Me vuelvo con los bolsillos llenos de monedas, pero vacíos de ilusión. He pasado la tarde en el café, haciendo tiempo y mirando el móvil, esperando su llamada. Recordando sus ojos de actriz, sus labios carnosos, su voz delicada.

Había una mujer jugando en la máquina tragaperras. Cuando se fue, el camarero, que estaba recogiendo las mesas, me dijo que iba a cerrar así que le pregunté el importe y lo dejé encima de la barra. Solo me quedaba una moneda y pensé en ese tonto refrán, afortunado en el juego, desafortunado en amores. Solo por reírme me acerqué a la máquina y dejé que la moneda, mi única moneda, cayese por la ranura.